El escenario de Café Berlin se vistió de jazz durante dos noches consecutivas con la brillante presentación del Bill Laurance Trio. Este talentoso músico, reconocido por su participación en Snarky Puppy, deleitó al público local con su virtuosismo y creatividad musical.
Acompañado por el baterista Marijus Aleksa y el bajista Max Luthert, Bill Laurance nos transportó a través de un viaje sonoro lleno de sorpresas. Aunque el instrumento principal fue el piano, Laurance fue subiendo el volumen y la intensidad de su sintetizador a medida que la noche y la respuesta del público se acrecentaban. Otro aspecto destacado fue la habilidad de Luthert para alternar entre el bajo eléctrico y el contrabajo, brindando una rica variedad de texturas y matices a las composiciones. Todo esto se vio sólidamente acompañado por la base y la jerarquía improvisatoria de Aleksa.
Resulta fascinante destacar que, en el último mes, Bill Laurance ha pisado escenarios nacionales con tres formaciones distintas. En mayo, se presentó a dúo con Michael League y también formó parte del show de Snarky Puppy en el emblemático Luna Park. Estas experiencias han generado un fuerte vínculo con el público argentino, quienes, en más de una ocasión, le han expresado su deseo de que se quede a vivir en el país. Una grata sorpresa en el show fue la presencia del talentoso guitarrista Marcelo Dellamea. Su participación como invitado aportó una magnífica improvisación con guitarra criolla, enriqueciendo aún más la propuesta del trío.
En líneas generales, el concierto fue una experiencia muy satisfactoria. Sin embargo, es importante mencionar dos puntos negativos que afectaron la experiencia del público. En primer lugar, el horario de inicio del show fue bastante tardío, lo cual puede dificultar la asistencia de aquellos que prefieren eventos de música en vivo en horas más tempranas. Además, algunos asistentes pasados de copas no respetaron el ambiente de silencio que se espera en una sala de conciertos, lo cual resultó en momentos de distracción y falta de concentración en la música. No obstante, cabe resaltar la buena hospitalidad de Café Berlin y la amabilidad de su personal, tanto en el staff como en el servicio de mesas, quienes hicieron todo lo posible para que el show continuara de manera fluida y satisfactoria.